miércoles, 7 de agosto de 2013

VIDA



No son las razones, no son las excusas, ni siquiera son las verdades… Lo peor es sentirte que estás de prestado en este mundo, es probable que el sabio tuviese razón: “No somos más que el suspiro de una idea, esclavos de nuestras necesidades”.

Cuando prestas atención, te das cuenta que la impresión que causas es todo lo contrario de lo que pretendes con tus acciones: Si ocurre una vez es casualidad, si ocurre dos es mala suerte, si ocurre tres veces es norma; tengo un problema severo para comunicarme con el mundo.

La vida te pone en situaciones en las que no sabes cómo salir: por el devenir de los acontecimientos te ves siendo sustentado por las personas que más quieres y, al principio, todo va bien hasta que, como es lógico, se cansan… cada cosa que haces, pudiéndose ver desde varios puntos, se ve, sin excepción, desde el peor. Los actos positivos se olvidan porque es tu obligación hacerlo así, los negativos se recuerdan y se guardan en el baúl de los recuerdos eternos. Los pequeños vicios que puedas tener, son aumentados y puestos en “macro”… sin perdón.

Reconozco que soy un ser complicado: lo que para muchos es algo bello y entretenido para mí es vulgar e infantil. Tenía que haberle hecho caso a mi amigo Puntas: “Bernal no leas más…” Llegas a verte viviendo en una especie de mundo paralelo, lleno de sombras y dudas. Compruebas que muchos de los que se decían tus amigos no eran más que derviches, encantadores de idiotas con sus vueltas y más vueltas… Lo más probable es que el idiota sea yo.

Por eso pido perdón: por haber creído que mi destino y acciones eran míos, por haber soñado que la lectura me haría más comprensible para el mundo, por creerme, iluso de mí, que los actos cotidianos serían vistos con amor y comprensión, por estar convencido de que me podría sustentar con autonomía, por hacer de cada día una nueva aventura, por ser un soñador…

Pensé un día que el mañana sería mío, pobre soñador… el mañana siempre es propiedad de las situaciones. Por eso reconozco que no tengo derecho a soñar, a los pequeños vicios, a la razón, a la…

sábado, 21 de enero de 2012

Hoy es un gran día.

Hay días en los que me gusta recopilar vida: Hoy es uno de esos días. Al despertar me he dado cuenta que tengo un año más  -43 tacos… uf.
  Algunas personas aprovechan para calcular lo que les puede quedar: -Estoy más cerca del final que del principio. Yo prefiero analizar, de forma somera, qué he hecho con mi vida; tengo dos hijos maravillosos, una pareja con la que puedo hablar sin callarme nada, he reído hasta doler, he llorado a moco tendido, me he enfadado con la injusticia,, con la intransigencia, con la estulticia, con la mediocridad disfrazada de soberbia, he soñado y vivido mil vidas y experiencias con los más de 5.000 libros que he tenido la suerte de disfrutar, he vibrado con la música –siempre la música- especialmente con la emoción descarnada de Bach, me ha dado tiempo a pasar horas y horas sin hacer absolutamente nada, he creado música que a nadie se le había ocurrido antes, he interpretado, con absoluto respeto, música de otros y he gozado, cómo he gozado… he tenido la enorme suerte de tocar con los mejores músicos que se pueda imaginar, algunos de ellos me han dejado que los dirija, he acertado y me he equivocado en muchas cosas… He conseguido ser quién quería, me importan una leche las cosas materiales que haya podido acumular aunque disfruto, cada día, de las experiencias vividas, de la gente que he conocido, de los sitios que he visitado. Siempre me asombro de lo que me queda por aprender.
  En fin, hoy puedo decir que soy una persona feliz: por lo que sé y por lo que ignoro, por mis aciertos y mis errores, por lo mucho que me queda por andar. Me apunto a seguir riendo y llorando, gozando y siendo un mero ser humano que vislumbra un pasado pleno y un futuro que ha de hacerse día a día…
  Me apunto a seguir recopilando vida, siempre con una sonrisa en la cara. Feliz cumpleaños a mí mismo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

Si algún día el cansancio...

Me impide soñar, me ciega los ojos que ven el cariño, me ensordece los oídos que escuchan el amor y la alegría, asesina mi ilusión: esa que tengo cada día al despertar, la que siento al ver la sonrisa de un niño, la que me hace pensar en mañana antes que en ayer, la que descubre sonrisas donde hay lágrimas…
Me nubla el sentido hasta el punto de olvidar que el beso de un ser amado vale más que todo el oro del mundo, esquiva mi entendimiento para comprender que no hay problema insalvable teniendo el tiempo suficiente, inhibe mi capacidad de aceptar que soy el resultado de una dualidad: Mente-Cerebro…
Si deja que la tristeza invada mi ser, que mirarme haga que ignore el dolor de los que están a mi lado, que me impida llorar…

Si algún día la vida………..

jueves, 28 de abril de 2011

De la estupidez humana

   Si tuviese que definir la estupidez humana, lo haría atendiendo, en primer lugar, a quién afecta: La estupidez no entiende de categorías sociales, de formación cultural o técnica, de sexo, de edad, de épocas… en fin, entiendo que la estupidez humana es una especie de estado mental que, siendo momentánea o constante, ataca a la percepción que tenemos de nuestro entorno; social, físico o psicológico.

Algunos ejemplos: “El mundo termina en una enorme cascada de agua”, “La tierra es plana”, “El universo gira en torno a la tierra”, “Si derramas sangre sobre la tierra, las cosechas serán mejores”, “La energía nuclear es segura”, “Puedo pagar un 10% de interés en la hipoteca, porque cuando la venda doblaré su precio”, (Inciso: Frase genial del ministro de trabajo; “El resultado final del paro será lo que le ocurra a la población activa”. Ole sus huevos) “Los recursos naturales son infinitos”, “El plomo es un aditivo genial para la gasolina”, “Bajando el sueldo a los trabajadores, subiendo los impuestos, recortando los derechos sociales, recortando las inversiones en cultura y educación, aportando ayudas a interés inexistente a las entidades bancarias… SALDREMOS DE LA CRISIS”… Podría seguir un año poniendo ejemplos.

   Reconozco, de entrada, un mínimo de tres tipos de estúpido o, lo que es lo mismo, personas que no dudan en exponer estupideces a “tutti plen”. A saber:

            EL ESTÚPIDO INTEGRAL: Normalmente se nos presenta como una persona seria, titulado superior –pero, por lo general, con notas más que mediocres en sus estudios-, que ha llegado al puesto que ocupa por casualidad o, más generalmente, enchufado sin más, orgulloso de su enorme corbata; zapatos, camisa, pantalón y demás de marca. No bebe, no fuma, realiza sus obligaciones matrimoniales como un deber necesario. Creo que ya os podéis hacer una idea del tipo.
  Más concretamente trata a todo el mundo como si tuviese seis o siete años, aunque sea catedrático en La Sorbona, expone sus ideas como si fuesen verdades absolutas e innegables. Pero estas ideas no son más que la exposición del pensamiento general, con lo que se ganan la aquiescencia de esta mayoría. Lo peor de todo ello es que creen pertenecer a una minoría selecta, o élite, compuesta por ellos mismos y por los que les ríen las gracietas.
   Llegado a un punto, tras repetir mil veces sus estupideces, cree de verdad en lo que dice –este es el punto sin retorno-. El estúpido integral se ha constituido definitivamente.

            EL ESTÚPIDO: Se identifica fácilmente porque acompaña, como una garrapata, al ESTÚPIDO INTEGRAL. Le dice sí a todo, le ríe los chistes y refuerza el comportamiento estúpido de su superior. Afirmará y seguirá al estúpido integral aunque esto suponga el suicidio.

  El estúpido integral no tiene solución conocida, pero el estúpido a secas sí. Normalmente recomiendo la visita a una buena tasca; compartir vino y verdades con algún acólito tasquero durante un mes o dos puede curar al estúpido, a base del jarabe de la realidad.

            EL ESTADO DE ESTÚPÌDO: Mucho menos grave que las anteriores, en ella caemos todos más tarde o más temprano. De hecho, cada vez que me siento a ver a 22 millonarios perseguir una pelota caigo en ese estado de estupidez. A mi favor puedo decir que yo elijo ese estado de forma consciente.


jueves, 7 de abril de 2011

Confluencia Psicoactiva

La rata, la rata me tiene harto;
La rata, la rata me tiene bizco;
La rata, la rata me tiene negro,
Si me quedo blanco me quedo listo.

Propuesta de acción psicoactiva fenomenológica:

Aparece una SOMBRA en el fondo (No olvidar hacer depender del patrón mental INDETERMINACIÓN). En primer plano.- El personaje DUDA, una abeja ronda su oreja: “zsuuuuuum”. (Hipotálamo acción: MIEDO). El patrón INDETERMINACIÓN queda anulado y/o pospuesto a la acción.
De la SOMBRA surge una luz cegadora. DUDA: Cascada de sensaciones (Neocórtex-Hipotálamo) se impone “Parálisis nerviosa”, no hay patrón                        .
¡¡CRASH!!

Noticias: “Accidente mortal”
El atropello de un gato provoca la muerte de dos motoristas en la Nacional IV.

Ocurrió ayer a la altura del PK 110 de la Nacional IV, cuando dos jóvenes regresaban del campeonato del mundo de motos en Jerez…


 La rata, la rata me tiene harto;
La rata, la rata me tiene bizco;
La rata, la rata me tiene negro,
Si me quedo blanco es que ya estoy  listo.

Cronopit@ fílmico.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Identidad y confluencia

¿Quién soy? ¿Cuál es mi identidad? Mis recuerdos llevan a un grupo de jóvenes que respetaban, y de qué manera, a  un gordito que apenas hablaba o exponía comentario alguno; todo lo observaba, pero siempre sin excepción, conseguía las máximas calificaciones en los exámenes. En voleibol era impresentable, en fútbol ni de árbitro, en salto “a piola” ni qué decir, pero cuando necesitábamos información… él siempre sabía la respuesta. En aquella época yo era delegado de la clase, presidente de la Asociación de Amigos de Domingo Sabio… un elemento con influencias. Tocaba la sirena del cole, abría la cancela de entrada, pero ni de broma se me ocurría faltarle el respeto a mi compañero empollón.

Respetaba y respeto el talento, el conocimiento, las capacidades superiores de quienes las tenían y las tienen. Hoy un chaval gordito y con capacidades superiores es machacado por sus compañeros, no es más que un empollón, fofo y pelota. Respetábamos a nuestros profesores por sus conocimientos, no por la marca de coche que condujesen. Fomentamos el éxito, no el desarrollo personal: El desgraciado ignorante que ha conseguido hacer unos millones de euros a base de especular con información privilegiada en cuestiones inmobiliarias es el héroe, el modelo a seguir. Estamos pagando un precio, un precio muy alto.

Nos quieren hacer entender que los que más tienen deben tener más, porque así todos tendremos más. Los alemanes están a la cabeza de esta forma de pensar (por qué será). Mientras tanto los que menos tienen deben pagar más (así tendrán menos) y, a esto, le llamamos “ser más competitivos”. Pero esto solo se aplica a la posesión material, no a la adquisición de cultura y conocimientos.

Nos machacan con encuestas (pagadas por ellos), nos cuentan lo buenos que son con nosotros (sin consultar qué consideramos “bueno”), prohíben, prohíben y prohíben con el único objetivo de recaudar –siempre de los bolsillos que menos tienen.

Recuerdo cuando éramos el segundo país en expectativas de vida en el mundo -por lo visto eso no era suficiente, debemos ser más sanos-, recuerdo cuando respetábamos el conocimiento y la cultura en los seres humanos –ahora respetamos que estén en forma (muy delgados y estilizados)-, recuerdo cuando éramos andaluces; pecábamos de permisivos, de tomar la vida según venía, de ser felices sin necesidad de buscar la tal felicidad, de adorar a los niños creativos –fuesen hiperactivos o no-, de no dar importancia a las cosas que no la tenían…

Recuerdo cuando en España había dos partidos políticos claramente diferenciados, dos formas bien diferenciadas de entender la sociedad. Un recuerdo muy lejano, hoy tenemos derecha (europea, o sea alemana) y extrema derecha (europea, o sea alemana). Se me olvidó qué es ser andaluz. Ahora soy un alemán muy raro.

El “Cisne negro”, qué libro tan interesante. Con la cantidad de supercerebritos que hay en el gobierno, nadie vio la que se nos venía encima. Si somos medio yanquis medio alemanes, cómo no nos dimos cuenta (ellos tampoco). Que le pregunten a Japón qué es un Cisne Negro…

Reivindico mi derecho a ser andaluz, a vivir por vivir, a gozar por gozar, a salir del paso con la única ayuda de mi propio intelecto y mis amigos, a ser consciente de que mientras los especuladores tengan la más mínima posibilidad de sacarme un euro me lo van a sacar, a saber que mi gobierno va a seguir haciéndole el juego a estos especuladores –de esta manera ellos seguirán trincando.

                                       El cronopit@ irredento